Las órdenes ejecutivas del presidente Donald Trump dirigidas a la fuerza laboral federal han inyectado una nueva ola de ansiedad entre los empleados de toda la burocracia, avivando los temores de que el presidente venga a reclamar sus puestos de trabajo.
A solo unos días del segundo mandato de Trump, algunos trabajadores federales están contemplando renunciar. Otros se están preparando para presentar quejas ante sus sindicatos o trasladar las comunicaciones entre ellos a plataformas seguras como Signal. Algunos, por temor a verse atrapados en la purga de programas de diversidad de la Casa Blanca, están omitiendo sus nombres de los memorandos y documentos que temen que puedan ser etiquetados como adyacentes a DEI.
Mientras los empleados federales buscaban esta semana pistas dentro de las órdenes para ver cómo se verían afectados, un miembro del personal de la Agencia de Protección Ambiental dijo que estaban limpiando su bandeja de entrada y esperando información sobre programas de jubilación anticipada y compra total.
«La versión 1.0 de Trump era mala», dijo el empleado de la EPA. «Ya terminé con la versión 2.0».
Trump, a pocas horas de regresar al poder, emitió una serie de…