(Bloomberg) — Los operadores de divisas que buscan su próxima gran idea podrían hacer algo peor que hablar con Wong, quien dirige un quiosco en el Distrito Central de Hong Kong.
Su negocio es uno de los muchos puestos callejeros que bordean el concurrido barrio financiero de la ciudad, vendiendo periódicos, revistas y agua embotellada a todos, desde ejecutivos adinerados hasta turistas chinos en viajes de turismo.
Esta clientela variada ha convertido a Wong en un comerciante de divisas informal y, en este momento, apuesta a que el yuan chino se debilitará hasta alcanzar la paridad con el dólar de Hong Kong.
El yuan ha perdido más del 12% de su valor frente a su moneda vecina en los últimos tres años, lo que lo encamina a alcanzar la paridad por primera vez desde 2007. La caída ha perjudicado el gasto de los turistas de China continental y ha alentado a los locales a cruzar la frontera. frontera para los viajes de compras y obligó a los consumidores y empresas de toda la ciudad a adaptarse.
Wong ha colocado un cartel al costado de su quiosco, exigiendo que cualquier cliente que quiera pagar en yuanes acepte una tarifa uno por uno…