Keys nunca estuvo a la altura de las expectativas de Davenport, pero aun así ha disfrutado de una muy buena carrera. Alcanzó el puesto número 7 en la clasificación, pasó partes de cinco años diferentes dentro del top 10 y llegó a cuartos de final o mejor en todos los majors.
Para llegar a este punto nuevamente, se comprometió a cambiar.
Keys cambió su raqueta Wilson por una Yonex (siguiendo el consejo de Fratangelo), modificó el movimiento de su servicio y, lo más importante, prometió ser más audaz en los grandes momentos.
Esa mentalidad dio sus frutos contra Swiatek, incluso cuando enfrentó un punto de partido que no recordaba después, y la ayudó a recuperarse de un drop shot desacertado que casi le costó la victoria.
“Para mí, lo más importante era creer: ‘Intentaré cualquier cosa, haré cualquier cosa, seré abierto’”, dijo Keys.
Su última semifinal de Grand Slam antes de esta semana fue contra Sabalenka en el US Open hace unos 16 meses.
Keys ha sido honesta sobre sus defectos pasados. Crédito: Eddie Jim
Ese partido recordó la angustia que experimentó el estadounidense en los últimos tiempos…